CAP 10: ESE VASO NO SE LLENA SI NO VUELVES A QUERER

Creía que estabas enfadada conmigo, Luan. Hace ya mucho que echaba de menos verte en mí, que un espejo no es espejo si no tiene nada que reflejar... A ver, déjame mirar... ¿Qué me cuentan tus ojos?
O no has tenido nada que decir en todo este tiempo, o demasiado que no te atreves ni a contar, y algo me dice, por lo que ya te conozco, que seguramente será la segunda opción, porque, hija mía, tú, aunque no salieras de entre las cuatro paredes de tu casa, tendrías vida que contar...

Déjame mirar... ¿qué tal tus incursiones en internet? Comprendo, esa sonrisita de labio torcido es que más de lo mismo, ¿no? Bueno, al menos te veo divertida. Me parece que después de muchas teclas aporreadas, le has pillado el truco a eso, ¿eh? Tus elecciones son cada vez mejores, aunque eso sí, no deja de ser solo para pasar el rato. Demasiadas mochilas en las espaldas de todos los que contactan contigo, incluso la que tú llevas en tu propia espalda. Nadie quiere complicarse la vida y profundizar en una relación lo es. Es la complicación de las complicaciones. Bueno, como tú eres de las que, al final, siempre le sacas la parte práctica a tus historias, está claro que tu experiencia te ha enseñado a ir simplificando más en todo, y en esto, por supuesto que también. No vale la pena gastar esfuerzos en cambiar lo que no se puede cambiar, pero aprovechar lo bueno del asunto es un arte que ya veo que comienzas a aprender...

Pero hay más, ¿verdad? ¡No! ¡No me lo puedo creer! Ni yo, que estoy acostumbrado a ver cómo repites las mismas solemnes tonterías siempre, me puedo creer que otra vez tus latidos se aceleran por "él". ¡Joder, Luan! ¿Es que no vas a cansarte nunca de acabar en el fango? Sí, sí, ya lo sé, lo de siempre, que lo quieres... No sé ya ni qué decirte. Ahora entiendo que no hayas venido a contarme. En el fondo estás avergonzada por volver a caer, porque es eso, ¿no? Has vuelto a caer en sus redes. Te has dejado embaucar porque ha llamado a tu puerta con la mejor de sus sonrisas. Perdona, me has enfadado... No tengo color, pero si lo tuviera verías un rojo fuego de inmenso cabreo y rabia. 
Aunque tranquila, dame un minuto para que me calme... 

Ya sé que es difícil dejar de creer que esta vez será diferente. Que tal vez has dejado de ser el repuesto, y por fin él será capaz de valorarte y ponerte en el lugar que te corresponde. Es muy difícil porque llevas amando esa idea demasiados años, y demasiados años amándolo a él. No puedo animrte a tener esa confianza, ya lo sabes. Soy la parte de ti que te lo va a cuestionar siempre todo y la que te va a mantener alerta. Una ingrata misión, ésa es la verdad, pero no te puedo dejar soñar, sin avisarte una vez más que solo es un sueño.

Mira, ahora que por fin me dejas mirar, veo ese "te quiero" que tanto tiempo has deseado escuchar. ¿Lo crees sincero? ¿O piensas que es solo la última estratégica artimaña para ganarte de nuevo? Has dudado, lo escucho en tus latidos arrítmicos. Y también veo que has claudicado porque nada indica que otro no vaya a mentirte para ganarse una noche en tu cama. Al menos con él has compartido amor, como poco, el que salía de tu parte, claro... Y necesitas amar, lo sé. Todo eso que llevas en el corazón te lo va  a hacer explotar si no lo entregas. Y piensas que mejor a él que a un viajante que va de paso. Al menos, él siempre regresa. Supones que algo de verdad hay en ese cariño que hoy te regala, porque, ¿qué sentido tendría volver, si tan pesada le resultabas, si tanto agobio le supusiste?

Bueno, al menos, esta vez lo has escuchado claro, y hasta lo ha repetido: Te quiere. Pero procura no despegar los pies del suelo. Te quiere, pero nunca te dará lo que tu quieres. Tal vez pueda admitir que te quiere, pero a su manera, ya lo sabes. Nunca va a darte un proyecto de vida juntos, tan solo momentos, como ha sido durante los veinte años que dura ya este juego. 

Pérdoname, Luan, no quería ser duro contigo. No mereces que te riña tanto por tener esos hermosos sentimientos. No eres tú la que comete el error, es él quien se equivoca en no desear tenerte a su lado todos los días de su vida. No quiero que te vuelva a hacer daño, que de la última, no levantaste cabeza en meses, pero no voy a azotar más tu conciencia. Disfruta del momento dulce que estás viviendo ahora. Procura ser asertiva, pero prométeme que le dirás la verdad de lo que deseas. Que no se olvide que aunque aceptas su cariño, de la forma en la que él puede dártelo, tú siempre anhelarás que fuera de otra forma y que lo tenga en cuenta siempre antes de hacerte daño. No dejes que sus palabras se las lleve el viento. Estás notando cambios agradables en sus intenciones. Pequeños logros o avances, según quieres verlo, pero date un breve espacio de tiempo para ver hechas realiad esas intenciones. Si no, por favor, no sigas. Tienes derecho a los abrazos y caricias que te está ofreciendo ahora. Tienes derecho a cada uno de esos besos apasionados, tienes derecho a toda esa ternura con la que te está inundando el alma. Pero, no olvides tus mínimos. Si vuelves a intuir si quiera que no eres su primera elección, vete. No dejes que te relegue nunca más. ¿Me oyes? Sé prudente Luan,  y no cierres ninguna de las demás puertas que tienes abiertas. Nunca se sabe si alguna de ellas te llevará a donde realmente debes estar.